Los dominicos llegaron a este municipio diez años después que los españoles
llegaron a Oaxaca. Con la sericultura, Yanhuitlán es el centro comercial de la
Mixteca, la seda se vende en México, Puebla y la antequera; las ganancias se
guardan en cofres con cerraduras de tres llaves y son estas cajas comunales las
que permiten seguir desarrollando su cultura en siete barrios, en siete
cofradías que existen hasta nuestros días en Yanhuitlán: Ayuxu Dana, Xayujo,
Tico, Tinde, Yudayo. Yuxacoyo y Yuyuxa.
En tiempos pasados existió un inmenso bosque que sirvió para la construcción del
templo,
es una región montañosa de la subprovincia de la mixteca alta.
El templo presenta una fachada con elementos arquitectónicos renacentistas y decoración plateresca. Está formada por la portada central y dos torres; la del costado sur con campanario. La portada consta de tres cuerpos horizontales y tres calles verticales; estas últimas determinadas por columnas y pilastras de capiteles clásicos; las del primer cuerpo son dóricas, las del segundo corintias y las del tercero jónicas. En los intercolumnios laterales, de cada uno de los cuerpos, se aloja un nicho con venera, peana y escultura; los del primer y segundo cuerpo están remarcados por un alfiz, y coronados por un medallón. Las imágenes que ocupan los nichos en el primer cuerpo son los siguientes: por su hábito, el del lado izquierdo parece ser San Francisco de Asís; el de lado derecho (sur), Santa Margarita de Alacoque; aunque este lugar, iconológicamente, debería estar ocupado por Santo Domingo de Guzmán. El acceso presenta un arco de medio punto con un escudo en bajo relieve, localizado en la clave; el extradós del arco está decorado con rombos y flores estilizadas; mientras las jambas alternan rectángulos y rombos. En el segundo cuerpo destaca el tablero central cruciforme, que muestra el relieve de la Virgen, cuyo manto protege probablemente a Santo Domingo y a Santa Catalina de Siena. En el tercer cuerpo se encuentra la ventana coral adintelada, con clave peraltada, donde se aprecia un escudo dominico. El remate es un frontón mixtilíneo con un nicho vacío en su tímpano.
La portada lateral, por su parte, consta de dos cuerpos y remate. El acceso posee una puerta de madera con chapetones, y sobre ella, el arco rebajado decorado, en el intradós y extradós, con artesonado estilo renacentista. Las enjutas tienen dos medallones inconclusos. La puerta está flanqueada por columnas, de fuste estriado y capitel corintio, que soportan un entablamento. Arriba se halla una concha en relieve con dos medallones circulares a los lados. Remarcan a todo lo anterior dos columnas platerescas y un entablamento con cornisas. Sobre el entablamento las columnas se prolongan en pináculos piramidales, flanqueando a una ventana, dispuesta en ajimez y terminada en un rosetón gótico. Este representa muy estilizadamente un escudo dominico.
En el interior, el templo es de una sola nave, con ábside semicircular, coro y sotocoro. La nave está cubierta con bóvedas de nervaduras, apoyadas en grandes consolas; el presbiterio, en cambio, luce una bella bóveda con artesonado. El arco triunfal está decorado con elementos barrocos y nichos con esculturas religiosas.
El retablo principal, de estilo barroco salomónico, es de gran magnificencia. Según se cree, fue ejecutado por el famoso artista Andrés de la Concha. Consta de cuatro cuerpos, divididos por siete entrecalles y el remate.
Las siete entrecalles alojan esculturas y pinturas al óleo. Entre estas últimas se encuentran las que representan a Cristo Crucificado, La Resurrección, La Purísima, Magdalena Penitente, la Anunciación, la Adoración de los Reyes, la Ascensión del Señor y la Virgen del Rosario, entre otras. En el coro llama la atención el órgano tubular decorado con entrelazos y elementos vegetales dorados.
Se tiene noticia que en 1550 la obra del convento estaba en construcción. Fue costeada por el encomendero Gonzalo de las Casas. En la actualidad aún conserva el portal de peregrinos y algunas dependencias del interior como son: el pórtico del racionero, la sala de profundis, refectorio, cocina y anexos. Los corredores del claustro bajo están cubiertos por bóvedas que descansan en arcos de medio punto, y éstos, a su vez, sobre impostas y pilastras de capitel toscano, alrededor del patio central.
En el ángulo sureste está una escalera que conduce al claustro alto; en el descanso hay una pintura de grandes dimensiones que representa a San Cristóbal. En el claustro alto, las puertas de las celdas tienen en el cerramiento claves con símbolos religiosos finamente tallados.
Actualmente el ex-convento funciona como museo, a cargo del Instituto de Antropología e Historia. La volumetría exterior se observa de tres niveles, debido a un subnivel, respecto al atrio del templo. Este patio hundido da acceso a lo que algunos escritores refieren como hospedería. No existen en el exterior elementos decorativos, solamente se observan: el arco rebajado de la portería, los vanos de puertas, las ventanas rectangulares y los muros de piedra sin aplanados.
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